Yira Miranda Montero @YiraMirandaM
Directora regional, Fundación Lüvo
Priscyll Anctil Avoine @Cyppp_
Directora, Fundación Lüvo
Texto originalmente publico en la página de la Fundación Lüvo.
Fuerte y poderosa, Milena Roncancio, Directora de la Fundación Feminicidios Colombia, dio inició a un espacio más que necesitado en Santander: un conversatorio sobre los feminicidios a nivel nacional, pero también en la región. Su intervención fue marcada por una pregunta fundamental hacia el público: “¿por qué en Colombia seguimos almorzando cuando nos llega una noticia de feminicidio? ¿Por qué no salimos a la calle?” Así, vienen a la mente unas evidencias: por una parte, una normalización de la violencia de género; por otra parte, la resistencia y negatividad ante la necesidad de ver los asesinatos a mujeres como feminicidio. Incluso por parte de los mismos jueces y fiscales, que se niegan a reconocer la tipificación del de este delito.
“Nosotras somos imparables, así nos maten”
Ella misma es víctima y sobreviviente de la violencia de género y admite ser una “víctima privilegiada”, porque hoy puede hablar; porque hoy está viva para hablar. Sin embargo, el crimen sigue siendo impune después de 5 años. Pero ella tiene un mensaje contundente: “nosotras somos imparables, así nos maten”.
En efecto, sin un peso, la Fundación Feminicidios Colombia ha avanzado en esclarecer los crímenes, propiciando asistencia a víctimas, pero también, trabajando del lado educativo y de reclamación de derechos. En efecto, hasta ahora, no hay un sistema de registro estatal de los feminicidios: no hay cifras oficiales, es decir, el gobierno de Colombia no tiene dimensión del fenómeno. Así, seis mujeres coordinan un equipo de 18 voluntarias en todo el país para hacer un registro de los feminicidios. De lo registrado, estamos hablando de la cifra aterradora de 347 feminicidios en el año 2018.
Pese a estas cifras, Yamile insiste: no se quiere revictimizar así que la fundación buscar hacer memoria sin que el duelo gane la lucha. La fundación ha podido, con su trabajo, esclarecer y comprender mejor el fenómeno. En efecto, a medida que las mujeres se empoderen, logran formas de autonomía, los castigos contra sus cuerpos se agudizan, aumentan. Así, la mayoría de las mujeres víctimas son también madres, en edad entre 19 y 35 años, mostrando que el carácter posesivo y comunicativo del feminicidio se extiende a l@s hij@s.
Yamile está advirtiendo: en Santander, las cifras de feminicidios van aumentado. Según la segunda ponente del evento que tuvo lugar en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Gina Pineda Garzón, hermana de una víctima de feminicidio en la región, Mónica Rocha Garzón, hubo 42 feminicidios entre 2017 y 2018 en Santander. Para ella, quién es Directora del Observatorio Ciudadano de Feminicidios en Santander, el feminicidio es un acto comunicativo, que infunde miedo para mantener las mujeres en un estado de dominación patriarcal. De hecho, las cifras del año 2019 muestran el aumento de los feminicidios en Santander: 14 en lo que va del año, y 79% de éstos se han perpetrado con violencia extrema y múltiples heridas.
Las ponentes insisten: los avances de las luchas contra el feminicidio no vienen del derecho – patriarcal en su génesis. Vienen de los impulsos feministas, de la presión que las mujeres hacen contra el sistema que precariza sus cuerpos. A eso, Yamile contesta: lo que necesitamos es preguntarnos, ¿qué es ser mujer? Y así, salir de los espejos de otros países y construir políticas públicas que responden a la realidad colombiana: un no retundo a la importación de esas políticas. Desde el lugar que se habita es que se debe construir una estrategia contra los feminicidios.